martes, 10 de mayo de 2016

FUENTES DE SABIDURÍA
08-05-2016
Son todos los ancianos, que a pesar de que están en el fin de sus días, tienen mucho que enseñarnos a los más jóvenes, que nos creemos amos del mundo y amos de la tierra y no sabemos hacer lo o con un canuto, como decía mi abuela. Qué razón tenía. Los jóvenes vamos a lo nuestro, sin importarnos ni un pimiento, lo que pase en el mundo.
Esa voz apagadilla, de tu padre o de tu abuela, te dará pingües consejos, que si los llevas a cabo, serás un hombre o una mujer de provecho,  inteligente, casi sabio, capaz de guiar a tus hijos hacia un mundo mejor. No desprecies a esos personajillos, que son nuestros mayores, que ellos nos dan tres vueltas, en cuestión de cosas de la vida.
Mi abuela murió ciega y en esta situación, me dijo:”para cuando tu vengas a verme otra  vez, yo ya habré muerto”. Y así fue, pero le tengo un gran respeto y afecto, aunque sea difunta, está en mi mente, como cuando estaba aquí.
Era bajita y creyente en Dios, al que oraba con frecuencia y tengo seguro que sus oraciones, han hacho meya, en el seno de su Dios y a favor mío, que sigo sus pasos.
Solo ansiaba compañía de sus hijos y nietos, a los que les decía que fuesen a verla. No veía, pero su corazón traspasaba, las mentes de quienes, con engaño, le decían que pronto irían a verla. Daba todo lo que tenía y no tenía ni un pelo de tonta ni de loca. Solo quería estar acompañada y que le hiciésemos caso.
Como ella, todos los ancianos, son merecedores de nuestro cariño y respeto, por todo lo vivido y porque quieren incurcarnos el bien, a nosotros, que vamos a lo loco por la vida y no respetamos nada, ni la luz de nuestros mayores, si quiera, que velan por nuestro bien, allí donde nos encontremos. La experiencia de los mayores, es la sabiduría de los jóvenes.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA

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