Nueve meses en el vientre de mamá y por fin con dolores de mamá, el feliz alumbramiento.
Esta vida es como un viaje desde que empieza hasta que fallecemos. Cuando nacemos algunos, somos angelitos y otros no tanto. En cualquier caso somos niño o niña una delicia, que por todos es bien recibida.
Cuando nace un bebé es costumbre ir a visitarlo a él y a su
mamá y papá. Si nos lo podemos permitir se le suele hacer presentes al bebé y a
su mamá.
El bebé es el protagonista y su mamá la buena de la
película. Su papá está contento con mamá y el bebé. Desde el cielo, Dios los
mira con ternura.
El niño o la niña van creciendo en brazos de mamá. Papa
trabaja para que nada les falte a su esposa y a su hijo o hija.
Desde muy pequeñito el bebé es visitado por todos y este
empieza a hacer gracias: a reírse, a mover los brazos y piernas arriba y abajo.
Todos los miran con ternura y es muy bien recibido por
familiares y amigos.
Poco a poco va creciendo y pronto dará sus primeros pasitos.
Es feliz y cuando algo le molesta, llora.
El niño o la niña pronto dejarán de ser angelitos, en su
caso, y empezarán a hacer travesuras. Mamá con paciencia lo cuida.
En nuestra sociedad, pronto tendrá que ir a la guardería,
con 2 añitos o así, porque mamá tendrá que trabajar para ayudar a papá a traer
el dinerito a casa.
Más tarde irá al colegio para aprender a leer y escribir y
muchas cosas más.
Desde pequeño su mayor afición es jugar y se entretiene con
cualquier cosa; si son juguetes, mejor que mejor.
El viaje que comenzó aquel día continua con la pubertad;
época en que no se es niño ni hombre.
El vello empieza a salir y el tono de voz cambia. En esta
época se suele ser muy rebelde y se les dan muchos problemas a papá y mamá.
Se acabó el estar todo el día jugando y ahora la cosa
empieza a ser más seria.
Muchos niños desde pequeñitos no quieren ir al “cole” y
cuando llega la pubertad, para las niñas antes que para los niños, son reacios
a seguir estudiando.
En nuestro país actualmente, vivimos bien y los niños tienen
juguetes y material escolar, para formarse y ser un buen profesional, de lo que
a cada uno le guste.
De cualquier forma, es importante estudiar, hoy en día para acceder
a un buen puesto de trabajo.
Pronto llegara la adolescencia y las jóvenes empezarán a
fijarse en los jóvenes. Estos empezarán a hacer lo mismo con las muchachas, un
poco más tarde.
Desde antes de la pubertad los niños y niñas van
descubriendo su sexualidad y van viendo que no son iguales que sus cuerpos.
Esto lo aprenden de los otros niños más mayores y por
propias experiencias. No son iguales los gustos de los niños y de las niñas. Ni
para los juguetes ni para la forma de vestir, colores y demás.
Terminaran sus estudios y si hay trabajo se colocaran para
pagarse los gastos que hasta ahora les proporcionaban papá y mamá.
Un chico y una chica se fijaran el uno en el otro. Pronto se
harán novios y si la cosa va bien se casarán. Por ley de vida querrán tener
hijos y la vida continua. Ahora los niños son hombres y mujeres que ya no
juegan ni se distraen con cualquier cosa.
Papá seguramente, el que antes era el niño, trabajará para
cubrir gastos:
- Compra de una vivienda para la nueva familia.
- Compra de muebles y enseres para el nuevo hogar.
- Sustento de la familia: padre, madre e hijos.
Como con lo que gane el ahora papá, en nuestros días, no
será suficiente, mamá, su mujer tendrá que trabajar en casa cuidando a los
niños y demás labores del hogar y además fuera para ayudar a la economía
familiar.
Es verdad lo que se dice de que las madres son muy sufridas.
Los padres son más liberales, en muchos de los casos, y se despegan de la
familia; no debe ser esto así porque los que ahora son padres tienen que educar
a sus hijos entre los dos, además de la educación-formación que reciben en el
colegio y en su caso en la universidad.
Los primeros bebes de esta narración ahora son padres con
hijos mayores. Entre penas y alegrías, el viaje continua.
La historia se repite y los hijos de los hijos de aquellos
bebés primeros se casaran y tendrán hijos que serán los nietos de aquellos
angelitos primeros.
Ahora los abuelos, que se dice que quieren más a los nietos
que a sus propios hijos, quizás porque se dan cuenta de que sus días en la
tierra se van acabando, son ancianos.
Ya no trabajan y desde cierta edad van teniendo “achaques”:
dolores y enfermedades que se quiera o no se quiera, un buen día acabarán
trayéndole la muerte y por tanto el viaje acaba aquí.
Pero la vida continua y por tanto, el viaje, para los hijos
y nietos que a su vez traerán hijos al mundo para que vivan en la tierra y
sirvan al Dios que trajo a los primeros bebés, Adan y Eva.
Así sucesivamente año tras año, siglo tras siglo, hasta que
Jesús, aquel que prometió que un día se abrirían los cielos y el mismo vendría
a por nosotros, a librarnos de las condenas de este mundo, nos lleve junto a su
padre el Señor Dios, único y verdadero, y el mundo desaparecerá como un libro
que se cierra y viviremos (nuestras almas) felices eternamente.
Será entonces cuando comience la verdadera VIDA.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA
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