ESPERAR
28-11-2016
No hay cosa que me fastidie más que esperar. En este mundo
globalizado, hay que esperar para todo. Cuando se trata de un asunto de
papeleo, lo sacan a uno de sus casillas: “venga usted a final de mes” “Pasese
dentro de 10 días” “Ya le avisaremos”. El cuento es que los días van pasando y
eso que esperas con ansiedad, no llega. Yo se que el mundo no se hizo en un
día, pero hay que aguantar y aguantar las cachorreñas , del que está sentado
detrás de un mostrador, esperando que llegue la hora para irse a su casita.
Hay que esperar para todo, para papeles, para que te sirvan
en un bar, en el supermercado, la llegada del autobús, para cobrar o para coger
las medicinas en la farmacia. Será que yo soy demasiado exigente y lo quiero
todo al momento, pero es terrible esto de las colas y las esperas.
Si fuesen ellos los que tienen que esperar, ya se darían más
prisa en conceder, lo que el ciudadano de pie, les pide. Ellos tienen el sueldo
seguro y no se preocupan por los demás. Si fuese al revés, como digo,
cambiarían las cosas. Nosotros que sabemos lo que es esperar, daríamos un trato
muy distinto, al que nos dan ellos a nosotros.
Sirva esta misiva para que se agilicen los trámites, que el
ciudadano tiene que hacer cada día, con paciencia, o sea, el ser atendido en
las distintas ventanillas, que hay en los edificios públicos, bancos ,
gestorías y todo tipo de oficinas, que nos sacan de nuestras casillas, al
faltarnos siempre algún requisito, para solucionar nuestros problemillas.
Al final siempre se resuelven, pero se podían hacer con
muchos menos trámites y papeleos, que no sirven para nada y nos hacen perder
los nervios.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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