lunes, 30 de enero de 2017

QUERER Y NO PODER
25-01-2017
Me vengo a referir a los impedidos física o mentalmente y en especial a los ancianos. Para ellos es difícil o imposible, subir simplemente, una escalera. No pueden llevar lo que llamamos una vida normal. Vaya mi cariño para todos ellos y que la vida les depare lo mejor posible.
Los años no pasan en valde, y las personas ven mermadas sus facultades físicas o psíquicas y no pueden, simplemente, dar un paseo, hacer un viaje o andar de acá para allá. Yo cumplo hoy 53 años. Ya voy estando madurito y veo que ya no soy un niño y que no soy el que era. Mucho más los que tienen 70 u 80 años, que se ven impedidos y sin poder hacer lo que ellos quisieran.
Es cuestión de acostumbrarse y adaptarse a las nuevas condiciones de vida. Ya no pueden trabajar como quisieran. Su vida es un calvario que aumenta lentamente hacia un final fatal. Es ley de vida y nadie puede cambiarlo. Que los que están en estas condiciones aprendan a vivir esta nueva vida y que no se agobien por ser dependientes y que los más jóvenes les ayudemos, a que sus días sean lo más felices posible.
Los impedidos físicos o spíquicos son el otro grupo que no tienen la autonomía que sería deseable.
Ellos son personas castigadas por la vida y que tienen que adaptarse a unas condiciones precarias.
No me olvido que yo soy persona con enfermedad mental, y que quieras o no, no puedo hacer lo que quiero.
Dios, desde el Cielo, nos ve y se apiada de nosotros.
Demos una lección de perseverancia a los que están bien, haciendo todo lo que podamos.
Ayuda a esas personas, a que lleven una vida, lo más normal posible.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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